No lo intentes, intentar lleva implicito dejar una puerta abierta para que no sea, dejar una salida, una posibilidad de huida, es una apuesta a medias, un no creerlo, no confiar, no estar seguro, dudar, dar marcha atrás, si pero no… es cerrar las puertas a la oportunidad, empezar pensando que si no… da igual.
Y sabes? No da igual!!
No dan igual tus sueños, no dan igual tus metas, tus objetivos, tus proyectos, tus ilusiones, tus hobbies, entretenimientos y aficiones, nada tuyo da igual. No lo intentes, no intentes hacerlo, no intentes llegar, no intentes quedar, no intentes aprender, no intentes viajar, bailar, pintar, no intentes vivir… Hazlo, llega, queda, aprende, viaja, baila, pinta…Vive!
Lo intentaré es un compromiso a medias, un veré qué puedo hacer con la boca pequeña, un grito al mundo que dice “ Yo quiero pero no sé, no sé…” y si yo dudo, por qué otro me iba a creer? Y si yo no creo, por qué otro lo va a hacer? Intentar es poner la tirita antes, por si después escuece, intentar es preaviso por si luego no cumplo, es trampa, engaño, complacencia, resignación. Intentar excluye la certeza de conseguir, te das cuenta?
Tus proyectos se merecen un algo más que eso, se merecen determinación, certeza, convencimiento, firmeza. Tus proyectos se merecen a ti al cien por cien. Tus proyectos te necesitan a ti al cien por ciento, no se sustentan con una apuesta a medias, con un compromiso velado, un susurro, un quizás, ya veremos. Tus proyectos se merecen que los grites a los cuatro vientos, se merecen tu orgullo, tu convencimiento.
No lo intentes por favor, hazlo. Prepárate, busca tus aliados y cuando sientas que ya estás preparado, incluso un poco antes, no digas voy a intentarlo… sonríe, mira a tu alrededor, levanta la cabeza, respira hondo y grita: Voy porque soy, voy porque es mio, porque es para mi. Y con ese espíritu, con esa energia, esa fuerza, recorremos el camino y, sí sabemos que es abrupto, pero es nuestro y la adversidad podría quitarme el triunfo, pero no la gloria…
“…Inútil es que con tenaz murmullo, exageres el lance en que me enredo: Yo soy altivo, y el que alienta orgullo, lleva un broquel impenetrable al miedo. Fiando en el instinto que me empuja, desprecio los peligros que señalas. «El ave canta aunque la rama cruja, como que sabe lo que son sus alas». Erguido bajo el golpe en la porfía, me siento superior a la victoria. Tengo fe en mí; la adversidad podría, quitarme el triunfo, pero no la gloria…” (A Gloria, Salvador Díaz)